Ana Paula Cardoso*
El vienes catorce de diciembre de 2012, víspera de las vacaciones de verano, comienzo de la tarde. La escuela estaba llena. Como de costumbre, en esta época del año, todos estaban agitados y ansiosos, principalmente la maestra María Clara, que ministraba clases para las turmas de español de toda escuela, que estaba situada en la Avenida Central de una ciudad del litoral de la provincia de Santa Catarina. Aquel lugar, aquella escuela, nunca vivió tamaña tragedia. Nadie imaginaba lo que sucedería.
Algunas personas que testificaron el hecho, aseguraron que jamás imaginaron que un alumno pudiera tener una reacción tan exacerbada delante de la profesora María Clara que, a pesar de la agitación, venía teniendo un día normal, por lo menos hasta las 15 horas, en el momento del intervalo para lanche de los alumnos, cuando todo aconteció!
“Cuando paramos para merendar, a las quince y treinta, la maestra vino nos servir. Ella estaba contenta. Me acuerdo de la ve entregando refrescos para los alumnos que estaban en la fila y diciéndoles palabras llenas de alegría. Le pregunte de que eran los refrescos y ella me respondió que eran de naranjas”, dice Ana Paula, una alumna que conocía aquel que adelante se revelaría el asesino.
Juan Carlos Sebastián, un estudiante de la turma del 9º año, sacó un puñal de sus bolsillos y le enterró en el cuerpo de la maestra, sin ningún motivo aparente, delante de todos.
Mediante la confusión y gritaría que sucedieron el hecho, el estudiante huyó de la escuela rápidamente, pero fue encontrado cerca de treinta minutos más tarde, a las dieciséis y quince horas.
Al ser interrogado por la policía local sobre el motivo del crimen, él alegó sólo "no gustar aquella profesora", sin demostrar ninguna emoción.
María Clara aún llegó a ser atendida, pero murió a camino del hospital, dejando alumnos y operarios de la escuela en estado de choque.
En la casa de Juan Carlos Sebastián, al remejer en sus pertenencias, la policía encontró varios recados y cartas escritos para la maestra, pero nunca enviados. En los recados, él dejaba muy claro su sentimiento de rabia y odio por ella.
Hoy, casi un año tras la tragedia, la escuela aún llora la muerte de María Clara y, como forma de homenajearla, está tramitando en la Cámara Municipal, un proyecto de ley para cambiar el nombre de la escuela para "Escuela Maestra María Clara Cardoso".
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